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Chapter 24 - Capítulo 24

Arkon al tener ojos marrones no sintió el amanecer deslumbrante como algunos de sus soldados que tiene ojos claros como celestes o verdes, pero su vista se dirigió a la ciudad que veía a lo lejos, la capital de Wissenland, Nuln. Él vio la edificación blanca tanto de sus murallas como sus edificios y por su puesto el palacio de la condesa electora de Nuln y de Wissenland, Emmanuelle von Liebwitz.

Pero no fue sus edificios blancos y altos sino su gran columna de humo que rivalizaba con las forjas subterráneas de los enanos, este fue una brújula para los perdidos que viajaban por el imperio o aquellos comerciantes que vienen a esta ciudad capital para vender y comprar productos.

El rey de Grecia dio la orden de levantar los estandartes y como antes, los cuernos de guerra de su patria sonaron con fuerza e incluso superando el de Rexes cuando aturdía a todo un ejercito entero, ahora con paso lento se dirigían a Nuln el cual vio como sus murallas se notaba el movimiento además de que las puertas de hierro se abrían y de estas salían el ejército de guarnición, pronto un regimiento de leones de nemea y de matadores de gigantes acompañaban a sus reyes.

Del lado de Nuln vio como este ejercito gigante de diez mil solo un fragmento se acercaba junto con estandartes, el capitán a cargo de la seguridad de la ciudad capital fue acompañado por regimiento de caballeros de la rosa negra, los caballos a pesar de ser entrenados para pelear ante las temibles bestias, se sintieron un poco nerviosos cuando mas se acercaban a donde estaban los leones.

"soy Goswin Koch, capitán del imperio a cargo de la ciudad de Nuln, los saludos Arkon rey de Grecia y a usted rey Belegar del clan Angrund, la condesa electora Emmanuelle von Liebwitz sabe de su paso por la ciudad para ir a la capital del imperio, lo cual los invita amablemente a su banquete en su honor mis señores." Dijo el hombre de cabellos oscuros quien montaba un pegaso imperial.

Belegar no respondió, sino que en cambio dirigió su mirada a Arkon quien montaba en Rexes, Goswin en contra de su voluntad tuvo que dar estas invitaciones, pero había una jerarquía y tenía que respetarla a pesar de que su condesa electora no le agrade debido a su estilo de vida ostentoso.

"fue un gusto ser invitado, pero tengo más cosas importantes que hacer con el emperador Karl Franz, además necesito el permiso de la condesa electora para pasar por la ciudad y tengo el sello del emperador para respaldar mis palabras." Dijo Arkon con seriedad y el capitán por dentro suspiro aliviado ya que no quería escoltar semejante ejercito y darle un lugar de descanso.

"discúlpenme mis señores, pero necesitare un poco de su tiempo para ir y venir el comunicado para mi señora, con su permiso mis señores." Dijo el capitán mientras se retiraba, lo cual Belegar y Arkon hicieron lo mismo.

"si hubieras dicho que si, te habría bajado de tu león a golpes muchacho." Gruño Belegar, algo que provoco curiosidad en Arkon lo cual indagó. "¿hay algún problema que no quieras estar aquí en Nuln?" preguntó.

"por si no leíste las facciones del capitán, su condesa electora es la ultima persona que quieres conocer, sino fuera por Thorgrim yo mismo hubiera ido por la cabeza de esa muchacha, esta bien tener un banquete de un día, pero tengo un papel que cumplir, pero la mocosa quería obligarme estar encerrado en su palacio por días. Yo que tu muchacho sea lo mas directo con ella y ten cuidado con su hermano." Pero al escuchar lo último, Arkon lo interrumpió al instante. "¿su hermano, que tiene de especial?" preguntó con seriedad.

"por lo que se, es uno de los grandes espadachines del imperio e incluso le enseña esgrima al hijo de Karl Franz, pero tiene una obsesión retorcida por su hermana y lo mas peligroso de él es su habilidad en el combate uno a uno." Dijo con seriedad Belegar mirándolo fijamente y vio que el muchacho lo escuchaba atento.

Al cabo de media hora, el capitán del imperio acompañado por el mismo regimiento, le trajeron las noticias de que obtuvieron el pase de entrar la ciudad ya que si querían rodearla seria desperdiciar tiempo y con esto tendrían mas sol de ventaja y acercarse aún más a la reunión con tiempo de sobra por si habría algún contratiempo.

"¿Por qué te colocas al lado mío?" preguntó sin desviar la mirada Arkon, pero Aquiles con su cresta roja era muy resaltante. "solo quiero ver la ciudad con mejores vistas." Respondió con sarcasmo, el jinete del león de nemea solo resoplo divertido mientras el ejército se movía.

Y cuando mas se acercaban, pudieron escuchar a lo lejos el rugido de los motores de vapor que alejaban el hollín y el olor de la zona de la forja de la ciudad que hacían reparaciones que venían del frente de batalla junto con las construcciones de otras armas experimentales junto con la reparación y creación de armas comunes como espadas, alabardas, escudos y armaduras.

Arkon de primera mano vio la ciudad por dentro, aunque había escuchado la importancia de Nuln nunca se intereso como era su vida, pero incluso notó como era la economía de primera mano, cada ciudadano que veía vestía de forma llamativa desde sus prendas corporales hasta los sombreros y las muy comunes joyerías que rodeaban sus cuellos y anillos, a pesar de tener una ciudad limpia el rey de Grecia arrugo la nariz.

Todos pensaron que esta nueva facción que reuniría con el emperador seria otra mas sin embargo al verlos todos recibieron un fuerte golpe en el orgullo por sus estilos de vida, las armaduras doradas, al igual que sus armas y escudos eran casi deslumbrantes, pero aquellos que sirvieron a las compañías libres no los subestimaron, se dieron cuenta que eran letales junto con magia imbuida en ellas.

Los caballos que había se volvieron ansiosos y relinchaban sin parar debido a las presencias de los leones y en especial Rexes, todos cuando vieron al gigantesco león dorado sintieron una sensación en el pecho como presión, pero era la impresión de sus cuerpos de que lo que miraban era sumamente peligroso y que debían alejarse.

Esta bestia incluso sorprendió a los soldados o aquellos comerciantes que viajaban por todo el viejo mundo, todos dejaron de hacer lo que tenían en las manos o sus tareas para mirar el paso de este ejército, que incluso venia acompañado por el clan Angrund y el rey de estos.

A lo lejos por el mismo camino que recorren el ejercito numeroso y poderoso, un hermoso café que perduro con los años solo tenia dos clientes en el segundo piso, una hermosa mujer de ojos claros como el cielo vestía de forma extravagante y atrevido para ser alguien de la nobleza, tenia una vestimenta de tonos rojos con negro y un hermoso sombrero que le cubría del sol con una pluma roja, ella estaba bebiendo café con absoluta elegancia.

Enfrente de ella, había un joven de piel hermosa y cabello rubio como el de ella, sus ojos claros miraban a lo lejos como el ejercito entraba en la ciudad de su hermana, él era Leos von Liebwitz y su hermana es Emmanuelle von Liebwitz conde electora de Wissenland y su residencia permanente es la ciudad capital de Nuln.

Él iba vestido con prendas blancas que priorizaban su agilidad y en el lado derecho de su cintura se encontraba su confiable espada, que con ella derrotó a cientos de personas que lo retaron en un duelo que siempre ganó y que ellos ni siquiera llegaron a dejarle una marca en su piel incluso aquel hombre de la orden del corazón ardiente.

A pesar de tener una vida que podía gastarla en la vagancia y en el dinero, prefirió la espada incluso desde pequeño pero su talento se puso a aprueba cuando una y otra vez desafiaban o escupían el honor de su quien incluso desde pequeña cuidaba de él a pesar de las agresiones verbales que luego mas tarde les hizo cobrar esa deuda.

"Emma, otra vez caí en tus caprichos." Dijo Leos quien bebía el amargo café que igualaba su humor, aunque por dentro también tenía curiosidad por esta nueva facción que surgió de la nada. Ella respondió con una sonrisa mientras bebía y dijo. "Leos si hablaras un poco mas en los banquetes tal vez te enterarías del porque estamos aquí."

"banquetes que van nobles que me agotan la paciencia por su forma de hablar, sino fuera que me voy en una esquina en soledad, tal vez habría un noble muerto cada vez que organizas fiestas." Dijo sin expresión haciendo que su hermana sonriera divertida. "como te decía, por lo que sé de aquellos que fueron a las tierras de los príncipes fronterizos, este rey Arkon no es tan simple.

Tiene a minotauros bajo su mando e incluso bestias marinas de múltiples cabezas y una enorme flota de barcos ni hablar de como incluso defendían sus tierras, uno de los comerciantes que vino el día de ayer, vio con sus propios ojos como se defendía la ciudad de Argos, una de las dos ciudades con acceso al agua, y por lo que sé los hombres que trajo son la mas grande elite de sus tierras al igual que sus monturas.

Pero lo mas aterrador de ellos no son sus ejércitos y flota, sino el propio rey, hay rumores de que él un mago de múltiples saberes de la magia y un gran guerrero, dicen que con sus poderes trajo animales que no se sabía si existían en las tierras baldías o en los mares, su brutalidad contra los criminales, convirtiéndolos en esclavos." Y al escuchar esto, Leos la miro con sorpresa, la esclavitud era lo más alto de repudiable dentro del imperio.

"esos hombres que lo acompañan son llamados hombres libres, y dependiendo del hecho delictivo se pueden convertir en esclavos de meses hasta el día de su muerte. El más creíble es sobre su montura, un león dorado que peleo durante días y noches, pero debido a una bestia tuvieron que unir fuerzas dejando al león malherido al igual que el hombre, pero convocó su magia recuperando sus heridas y desde entonces se volvieron inseparables." Leos al escuchar solo frunció el ceño y con expresión confundida siguió bebiendo café.

"presiento que no es todo lo que me quieres decir." Comentó Leos y su hermana asintió. "lo mas descabellado son las defensas, por lo que tenia entendido el comerciante era que los llamados colosos eran seres que fueron construidos por sus dioses de antaño que combatieron con el caos y cuando fueron expulsados se fueron a las ciudades a cuidarlas al igual que su territorio. Dice que si ves una luz en mitad de la noche en el cielo seguramente estas viendo a un coloso sosteniendo una gran antorcha guiando a los perdidos." Decía ella mientras seguía metiendo información a la cabeza de su hermano sin parar hasta que él habló.

"¿Por qué estas tan interesado por esta Grecia? Conociéndote harás algo que me hará seguirte hasta los sitios más recónditos del viejo mundo." Dijo resignado Leos y cuando vio la sonrisa de su hermana, al fin entendió, era solo un capricho suyo y cuando estaba en ese estado no podía hacer nada excepto no defenderla.

Cuando vieron el carruaje templo de Arkon quedaron estupefactos debido a lo extravagante que era, oro, negro y azul predominaban, los dos miraron fijamente el vehículo que debe al menos pesar una tonelada, Leos solo dedico segundos para mirar solo para desviarse en los hombres que portaban espadas y escudos e incluso esas gigantescas ballestas, pero su cuero cabelludo se erizo y su vista se fijo en un hombre a caballo blanco.

Él estaba a un lado del ejército, debajo de ese casco con cresta roja solo se podían ver unos ojos verdes claros que lo miraban fijamente, e incluso había detenido su caballo para mirarlo sin parar y Leos sintió un gran peligro haciendo que agarre su espada de forma involuntaria, pero él agito las riendas de su caballo y este avanzó apartando la mirada.

Leos solo tenia el ceño fruncido mientras que su piel todavía estaba erizada y miraba al hombre que se mantenía de cerca al carruaje.

"¿Leos, estas bien?" pregunto su hermana al ver a su hermano tenso, pero el parpadeo como dándose cuenta de lo tenso que estaba y con su mano comenzó a masajear su rostro mientras veía a ese hombre, pero no era el único que sentía peligro, había otro con la piel de un león y tenia la altura de mas de dos metros de alto que llevaba un garrote de madera, pero dejaba al descubierto sus músculos abultados.

Otro estaba arriba de un pegaso con barda ligera como si fuera algo decorativo del mismo color que su brida, hecho de oro y este tenía una lanza alargada junto con un escudo dorado con el estandarte de Grecia de un león, los dos hermanos vieron al ejercito avanzar al unisonó sean los hombres o los enanos que era la guardia del rey Belegar dentro de los Vaults.

Cuando salieron de Nuln, notaron un gran cuerpo alargado celeste del rio e incluso desde ahí se notaban pequeñas embarcaciones de pescadores para sus familias o para vender en Grunburg, el cual pertenecía a Reikland y esta era la última ciudad que había que pasar para llegar a Altdorf.

Lo destacable de esta ciudad era su especialidad en los astilleros que iban para al imperio de forma militar hasta trabajos privados por mercaderes, los mejores carpinteros se dirigían aquí a trabajar donde ni siquiera un día de descanso por tantos pedidos de barcos que pedían o se hacían reparaciones, lo cual tenían que irse a otras ciudades debido a que estos se quedaron encallados y no podían acercarse a Grunburg.

Dentro del carruaje se escuchaba una hermosa melodía, dentro donde estaban los lechos para descansar se veía una escena de un enano bebiendo cerveza algo que trajo para el viaje ya que no aguanto mas beber vino de Grecia que a pesar de ser delicioso o fuerte, prefiere la cerveza enana que es el alcohol que mas estaba acostumbrado, mientras que Arkon quien sin su casco estaba tocando una flauta artesanal que hizo en el camino y con el tiempo suficiente y aburrimiento comenzó a practicar el tallado en madera y finalmente tuvo éxito.

La melodía era de un juego que jugó hace mucho cuando era pequeño que estaba relacionado con Grecia, con los ojos cerrados y recordando tocó nota por nota algo que al principio Belegar quería partir la flauta en dos, pero con el pasar del tiempo, la melodía comenzó a sonar suavemente e incluso triste y decidió interrumpir al muchacho cuando termine, pero hace más de tres horas que tocaba la misma melodía.

Al final decidió guardar su curiosidad y disfrutar su cerveza con música suave. Y con el paso del tiempo, la noche empezó a ocupar el lugar del sol y el ejercito como siempre comenzó a formar el campamento y los fuegos para cocinar y los turnos de guardia.

Arkon y Belegar estaban afuera disfrutando de las brisas frescas del rio Reik que iban a su campamento cambiando el aire que había, el rey de Grecia reposó su espalda en la melena de Rexes quien tenia su cabeza sobre sus patas delanteras y Belegar fue rodeado por sus hombres para charlar.

El joven muchacho cerró los ojos mientras escuchaba los alrededores, bullicio, historias entre enanos y griegos, el crepitar de los fuegos, el roce del hierro de las cucharas en las ollas, la respiración de Rexes en su espalda, pero de la nada sus ojos se abrieron cuando sintió la mirada de Aquiles quien se acercó a él y se sentó en silencio, pero de la nada él señalo al cielo, Arkon sin expresión miró a donde apuntaba.

Pronto vio las siluetas lejanas de algo con alas muy arriba, mas que cualquier pegaso podría desear llegar, y entonces pensó en los grifos del imperio, supuso que al tener partes de águila podrían llegar muy arriba y resistir el aire helado del cielo incluso más de noche.

El muchacho solo resopló y volvió a cerrar los ojos.

"estas nervioso." Dijo Aquiles en voz baja para que nadie los oyera, pero su voz tenía afirmación más que interrogativo. "por supuesto, debo estar preparado a responder preguntas, respetar la reputación de mis iguales y hacer que recuerden que yo también lo soy, el ataque a argos, el comercio entre nuestras patrias y si no podemos llegar a un consenso de ser aliados, revelaré nuestra carta." Dijo Arkon con los ojos cerrados.

"no te olvides de Belegar, nos hicimos aliados con sangre y guerra, por lo que puedo entender de su gente es que no se quedaran callados si ven que a un amigo suyo ser atacado y rebajado enfrente de ellos cuando demostraron ser capaces en la pelea." Comentó Aquiles quien llamó a su caballo blanco y este se acostó dejando que su espalda se repose en su cuerpo mientras acercaba su cabeza a la mano de su jinete.

"estamos a dos días mas de Altdorf, espero que no haya contratiempos durante el trayecto porque seré el primero en atacar sin esperar las formaciones." Dijo Arkon quien se cruzó de brazos y ladeaba la cabeza para sacar el nerviosismo.

"lo que sientes se llama es estrés de combate, estuviste en batallas durante dos meses seguidos o tres si contamos bien contra orcos y skaven sin parar, gestionar, delegar, reorganizar, planificar, perder a un amigo. Estabas en un estado de no parar de hacer cosas que cuando te quedaste quieto todo tu cuerpo le agarra picor o se ponen rígidos los músculos. Es más común de lo que crees, pero eso no debe aparecer en un rey y mucho menos alguien como tú.

Puede que no importe la opinión pública Arkon sea en lo militar o en lo civil, pero si no fuera que me gusta socializar, nunca me hubiera enterado de que tus acciones son algo muy atacadas por culpa de traerles paz, acabaste la guerra en tres meses Arkon, no les diste tiempo suficiente para saber que era lo que les amenazaban, sin hablar del incidente del coloso matando una familia que todavía sigue su sospecha de llamar al caos.

Arkon, estas apresurando las cosas y la muerte de más cincuenta mil soldados humanos no ayudo, puede que la gran mayoría de Grecia te apoye, pero siempre habrá descontento, tu linaje era algo muy abierto a discusión debido a tus predecesores, pero cuando comenzaste ser mejor que ellos lo agarraron con escepticismo, los filósofos que hay en Eunomia nova estuvieron en el tiempo de tu padre donde sin ofenderte porque eres mi amigo, tu padre sirvió mejor muerto que con vida.

Además, se desconoce si tu padre era verdaderamente su progenitor, se cree que Víctor sea tu padre porque el vela por ti constantemente pero su poder divino es cuestionado, tu conocimiento, tu conexión con el ejercito para que sean uno contigo y que sigan tu ordenes sin que abras la boca, no dudes de mi lealtad y confianza Arkon, pero tarde o temprano la gente querrá respuestas, en especial los filósofos.

Desde que se llegó a la solución de seguir un linaje, ninguno que se tiene registrado tiene como compañero de batalla un león de nemea, ni mucho menos su rey, tampoco hay alguno que comande a las bestias míticas de nuestras tierras o son capaces de construir de la nada ciudades enteras con columnas de luz, puede que pienses que es normal pero cuando vean estos poderes, Arkon, debes tener cuidado y primero deberán pasar por mi si quieren sacarte algo a la fuerza.

Haz lo tuyo con los que quieras con las otras facciones, pero debes recordar, que Grecia va primero que cualquier otra cosa." Dijo Aquiles con seriedad y su amigo escuchaba atentamente. Segundos después de la charla, los dos hombres quedaron en silencio mientras esperaban la comida e irse a dormir.

Al amanecer, todo el campamento fue levantado y guardado en los demás carruajes que trajeron los griegos, cuando sonaron los cuernos de guerra todo el ejercitó camino al unisonó yendo directo a Grunburg para pasar por la ciudad ya que rodearla tomaría tiempo, cuando llegaron hicieron lo mismo que en las otras ciudades, poco después todos los ciudadanos dentro de la ciudad se acostumbraron a ver pasar ejércitos enteros, al menos esta vez tenían una facción diferente.

Cuando llegaron a las fronteras de las regiones entre Altdorf y Grunburg el sol se estaba acercando al mediodía, y creyeron que antes del anochecer, solo necesitarían llegar en seis horas a Altdorf, mientras tanto los hombres solo seguían marchando y desviando la vista de vez en cuando al rio Reik el cual la frecuencia y tamaño de los barcos comenzaron aumentar.

A lo largo del camino vieron pequeños poblados a lo lejos que tenían grandes campos de trigo dorado que estaban al punto de cosecha, algunos de los hombres de Grecia sintieron nostalgia de como abandonaron sus hogares de pequeño para ir a las academias militares para ser un guerrero de elite y además de tener una jubilación bien pagada.

E incluso vieron pequeñas patrullas de hombres del imperio, algo que Arkon sentía una sensación de deja va debido a que él tenia lo mismo en sus tierras y además de que tenia que mostrar el sello del emperador cada vez, algo que no se quejaba, pero se sentía un poco molesto para él debido a que no estaba acostumbrado hacerlo.

Pronto se hizo de noche y ahora esta vez sería la última parada que tenían que hacer antes de adentrar en la ciudad capital del imperio y conocer a los otros mandatarios de las fuerzas del orden.

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