Spider-Man irrumpió en la instalación de propulsión de la UES. El caos era palpable. Las alas del Buitre, ahora más grandes, elegantes y equipadas con un sistema de propulsión a chorro visible, rugían con una nueva potencia. Ya no eran simples alas; eran un sofisticado sistema de vuelo y armas. El hombre en el traje no era el viejo Adrian Toomes; era más joven, más fuerte, y sus movimientos eran despiadados. Un nuevo Buitre, más rápido, más brutal, y con un objetivo claro: el Dr. Miles Warren, a quien tenía agarrado por el cuello de su bata.
"¡Aquí estás, araña!" gruñó el nuevo Buitre, su voz distorsionada y robótica. "¡He oído hablar de ti! ¡El que se interpone en el camino de la verdadera evolución! ¡Pero no eres rival para esta nueva perfección!"
"¡Suelta al doctor, Buitre!" gritó Spider-Man, su voz resonando con urgencia. El sentido arácnido lo alertaba del peligro inminente para Warren.
El Buitre rió, un sonido metálico. "¡Este viejo tonto tiene la clave de mi siguiente fase! ¡Y tú no me detendrás!" Despegó hacia el techo, arrastrando a Warren.
Peter se lanzó en persecución, disparando telarañas a las alas del Buitre, intentando enredarlas, pero el nuevo blindaje las repelía. El Buitre contraatacó con ráfagas de aire comprimido de sus alas, empujando a Spider-Man contra las paredes.
Mientras tanto, en el sótano, Gwen estaba pegada a la tableta, sus dedos volando por el teclado. "Peter, su sistema de propulsión es una combinación de micro-turbinas y un campo de repulsión magnética," transmitió Gwen a través del auricular. "La matriz de energía está en la base de las alas, cerca del fuselaje principal. Y las alas están revestidas con una aleación de titanio-cromo. La telaraña no es suficiente."
"Entendido, Gwen," respondió Peter, esquivando un rayo sónico que el Buitre disparó desde sus guantes. "Necesito deshabilitar la matriz de energía. ¿Alguna idea para una sobrecarga?"
"Estoy trabajando en eso," respondió Gwen, concentrada. "Hay una resonancia de frecuencia que podría desestabilizar el campo de repulsión. Pero es una frecuencia muy específica. Y si fallas, podría generar una explosión aún mayor."
El Buitre se elevó hacia la cima de la instalación, preparándose para escapar con Warren. Peter lo siguió, sus movimientos rápidos y calculados. La vulnerabilidad de Warren, y la presencia de Gwen en su mente, lo impulsaban.
"¡No te irás con el Dr. Warren, Buitre!" gritó Spider-Man, lanzándose sobre el villano.
El Buitre, en un movimiento desesperado, lanzó al Dr. Warren por un hueco de ventilación gigante, hacia una caída que lo mataría.
"¡Gwen, Dr. Warren cayendo por el conducto de ventilación principal! ¡Necesito su posición!" Peter gritó, lanzándose tras él sin dudarlo.
"¡Lo tengo! ¡Está cayendo hacia el nivel de subsuelo 3! ¡Hay una red de seguridad improvisada por el mantenimiento en el nivel 2, sección C! ¡Pero no es suficiente para detener su caída!" Gwen le informó con urgencia, ya calculando la velocidad de caída y la trayectoria.
Peter se desvió a mitad de camino, disparando una telaraña reforzada al conducto, creando una "hamaca" improvisada que ralentizó la caída del Dr. Warren, permitiéndole aterrizar con un golpe amortiguado en la red de seguridad del nivel 2.
"¡Warren a salvo! ¡Ahora a por ti, Buitre!" gritó Peter, su atención volviendo al villano, que ahora intentaba escapar por el techo.
"Peter, la frecuencia. Te la envío ahora," la voz de Gwen sonó en su oído. "Es una modulación de pulso de 2.45 GHz. Necesitas apuntar a las toberas de la propulsión."
Peter asintió. Había incorporado un emisor de frecuencia de pulso en sus lanzarredes para estas contingencias. Apuntó con precisión, disparando una ráfaga de energía modulada a las alas del Buitre.
El Buitre aulló. Sus alas comenzaron a fallar, el campo de repulsión se desestabilizó y la aleación de titanio-cromo chirrió. El villano comenzó a caer, sus alas echando chispas. Peter se lanzó, disparando una telaraña densa para atraparlo antes de que se estrellara.
El Buitre, inmovilizado y deshabilitado, yacía en el suelo. Peter lo desenmascaró, revelando un rostro desconocido para él: un joven y brillante ingeniero que había trabajado en Industrias Stark y había sido despedido por métodos poco ortodoxos. No era Toomes, era un sucesor más peligroso, impulsado por el rencor.
Peter aseguró al nuevo Buitre para la policía. Mientras lo hacía, su auricular chispeó.
"Peter, ¿estás bien?" La voz de Gwen era una mezcla de alivio y angustia. "Lo hiciste. Lo salvaste. Los salvaste a todos."
"Lo hicimos, Gwen," dijo Peter, mirando hacia el cielo nocturno. La amenaza había sido contenida, pero el costo emocional y el peligro para Gwen, quien ahora era una parte activa de su mundo de héroe, eran más evidentes que nunca. El vínculo entre ellos se había fortalecido en la adversidad, pero también se había vuelto el objetivo de los enemigos.