Cherreads

Chapter 5 - Capitulo 5: Voluntad [1]

"Tsk, mierda" Exclamó la madre de los pequeños cuando, al cortar las verduras para el almuerzo, el cuchillo resbaló con la humedad del tomate. La herida en su dedo no fue profunda, pero lo justo como para que un hilo delgado de sangre comenzara a deslizarse lentamente por su piel.

Dejó el cuchillo sobre la tabla, bufando entre dientes, y fue directo al lavamanos. Mientras el agua corría, una parte de ella pensaba en terminar el almuerzo a tiempo. 

Sentado a pocos metros, Reiji observaba fijamente lo sucedido. Sus ojos seguían cada gota, cada movimiento del líquido rojo como si el mundo se hubiera reducido a eso. Su mirada atrapada hasta que una corriente de aire entró por la ventana abierta y lo hizo reaccionar.

'Mierda... Tengo que aprender a controlarlo' Pensó, frunciendo el ceño mientras bajaba la vista y retomaba, forzadamente, su tarea de poner los cubiertos en la mesa.

Era la misma sensación otra vez. Esa inquietud interna. Ese calor denso en el estómago cada vez que veía sangre.

'Han pasado dos años desde lo de Himiko...' Se detuvo un instante. 'Ahora tengo la misma edad que ella cuando ocurrió... Y creo estar sintiendo lo mismo que ella ¿Esto es genético?'

Los recuerdos lo golpearon como una corriente fría.

Después del incidente en el parque, todo cambió. Sus padres, con el rostro cargado de preocupación mal disimulada, inscribieron a Himiko en sesiones con un psicólogo infantil especializado en "conductas atípicas". Era la forma elegante de decir que su hija era un peligro en potencia.

Las sesiones eran semanales. Mes a Mes, incluso perdurando dos largos años. Y aunque la niña mostraba progresos ante los adultos, Reiji sabía que era solo una máscara. El deseo seguía allí, enterrado, a la espera de una excusa para salir.

Él, por su parte, no se quedó de brazos cruzados.

Sabia perfectamente que todo era en vano, él notaba cada pequeño gesto y sentimiento de ella como la palma de su mano, sabia que el impulso persistía a pesar de todo y justamente por ello, decidió calmar ese impulso.

Aprovechando su regeneración, usar su propia sangre para calmar las decaídas de Himiko no era un problema. Cualquier corte, mordedura o otra cosa que sucediera en su piel, seria borrado en minutos por su recuperación acelerada, lo que era totalmente ideal dada la situación.

Y funciono, había logrado que Himiko no reaccionara al ver sangre y tampoco haga cosas irracionales por ella, acudiendo a él cuando estaba apunto de estallar. También enseñándole a controlar su Quirk, jugando de forma animada cuando tomaba la forma de su hermano menor, aunque esto claro, sin los ojos de sus padres.

'Y ahora yo soy quien no puede controlar el impulso... Ironico...' Pensó con amargura, hace algunas semanas el mismo había empezado a experimentar los mismo cambios emocionales que Himiko. Primero empezó con su dentadura, sus dos colmillos crecieron un poco menos grandes que los de Himiko, aunque supuestamente su Quirk ya había despertado.

El doctor lo descarto como 'Una condición genética compartida', podía suceder, eran hermanos después de todo. El problema vino cuando a las semanas, su nariz desarrollo una sensibilidad exagerada a ciertos olores, acompañado de sus cambios en su propio paladar.

Vivirlo era muy diferente que notarlo en otra persona, eran cambios sutiles y casi imperceptibles para un niño de 4 años, incluso él con su mentalidad de un adolescente, le costo diferenciar los cambios.

Lo más duro fue cuando sus instintos se desarrollaron, una escena bastante parecida al primer contacto de Himiko con la sangre, podía sentir el hormigueo en su mandíbula, pidiendo... Necesitando consumir sangre.

Comprendía totalmente porque Himiko había cedido a sus impulsos, no es que quisiera caer... Era irresistible controlar esas ansias de sangre, era como que te dieran la comida más deliciosa del mundo y solo pudieras observar mientras se desperdicia. ¡Era horrible!

"Vamos, Reiji-chan. Llama a tu padre y hermana que están en el patio, el almuerzo esta servido" Dijo la madre al pequeño, sacándolo de su linea de pensamiento. 

Reiji se quedo mudo unos milisegundos, pensando en que se había perdido en sus pensamientos pero reacciono al instante.

"¡Voy!" 

Mientras se alejaba, pensó en la posibilidad que todos sus cambios eran particularmente igual a cuando Himiko desbloqueo su propio Quirk, pero el ya tenia uno ¿No?

Siempre le quedo la duda de porque las características de su cuerpo en la vida anterior se habían transferido con él, tomándolo como una caprichosa coincidencia y así su tormento no acabara de inmediato, pero... ¿Ese era su Quirk, o su cuerpo?

A pesar de que su 'Quirk' estaba activo, su propio factor Quirk, un órgano extra que se forma con la aparición de los dones, no se había desarrollado. Lo que dejaba un extraño caso, no era único en el mundo pero si muy raro.

'¿Y si tengo un Quirk, y la recuperación solo sea de algún modo la misma que mi vida anterior?'

***

"Himiko, ten más cuidado" La tranquila voz de la madre de los pequeños le hablo directamente a su hija mayor de casi 6 años, iban caminando por la calle en dirección a su casa después de recoger a ambos del jardín y la escuela respectivamente.

Debido a la diferencia de edad, Himiko ya había entrado en sus primeros años de primaria, mientras tanto Reiji seguía en el mismo jardín infantil de siempre para su desfortunio. 

Reiji caminaba tomado de la mano de su madre, mientras Himiko revoloteaba delante de ellos con una bolsa de caramelos. Su padre, como siempre, estaba en el trabajo, así que ese mediodía era solo para ellos tres.

Se dirigían directo a su casa, la misma rutina de todos los días. Los pasaban a buscar al jardín y primaria respectivamente, luego llegaban a casa, almorzaban y jugaban juntos el resto del día, hoy no parecía tener nada fuera de lo normal.

'¿Eh?' 

Al pasar al lado de un callejón, una figura desconocida apareció de la nada y agarro fuertemente el brazo de Reiji, tirándolo contra el y posando un pequeño cuchillo cerca de su garganta.

"¡Dame todo lo que tienes, o el niño se muere!" Amenazo para que tanto la madre como Himiko se quedaran paralizadas un momento, viendo a su hijo y hermano siendo amenazado a muerte.

"¡Suéltalo!"

"¡Himiko, cálmate!" Antes de que la pequeña pudiera acercarse para golpear al tipo, la madre intervino para evitar que se acercara y pudiera hacerle daño.

'En que... ¿En que momento apareció este tipo? Mierda, el olor a alcohol es fuerte...' Pensó Reiji, sabiendo perfectamente como se había envalentonado tanto como para intentar hacer una robo a mano armada en plena luz del día, las calles no eran muy concurridas pero inevitablemente alguien lo vería y llamaría a algún héroe.

"¡Vamos, rápido. Tu celular, la joyas y todo tu dinero, ahora!" Ordeno, sabiendo perfectamente que no contaba con demasiado tiempo, podía estar ebrio pero sentía el peligro y adrenalina de lo que estaba haciendo.

"Tra... Tranquilo, por... por favor no lo lastime" Hablo la madre con voz entrecortada por la emoción, se empezó a sacar a gran velocidad todas las joyas que tenia en su cuerpo, con sus manos temblando se le hizo una tarea casi imposible pero se mantuvo lo más fuerte que pudo para evitar que lastimaran a su hijo.

'Mierda... Si sigue a este paso, estoy seguro que algo malo pasara... Ese cuchillo, si mi recuperación es exactamente la misma que mi vida anterior, mientras esquive un lugar fatal... ¡Sobreviviré!' Pensó con resolución, y aprovechando la cercanía que tenia con el brazo del hombre, abrió la boca con dedición y mordió fuertemente la piel de su asaltante.

"¡Agh, niño estúpido!" Grito empujando a un lado, el cuchillo corto unos centímetros de su cuello pero evitando todas las venas importantes, la madre y Himiko vieron esto conmocionado, solo notando el hilo carmesí que libero su cuello por el corto.

Reiji cayo a un costado, lográndose afirmar con sus manos mientras sentía un fuerte ardor en la parte posterior de su cuello, pero él lo sabia perfectamente, ¡Se curaría y saldría ileso!

"¡NO!" El grito destrozador de su madre hizo que volteara inevitablemente, viendo en un fracción de segundo una mancha negra que se dirigía a él a toda velocidad. 

'Mierda, mierda, mierda. Necesito... ¡Necesito protegerme, eso me puede dislocar el maldito cuello! ¡Protección!'

En ese instante, todo se detuvo.

El tiempo pareció dilatarse justo cuando la pierna del asaltante, cargado de fuerza y rabia, descendía hacia él con violencia. Lo único que Reiji pudo hacer, fue desear casi como una necesidad animal, protegerse.

Un momento antes de que impactara, sintió un pinchazo potente justamente en la herida de su cuello, una corriente carmesí brotó a gran velocidad, dirigiéndose directamente para interponerse como un muro, entre él y el golpe.

La masa detuvo perfectamente la pierna del asaltante, absorbiendo el ataque furtivo sin ningún problema.

El agresor retrocedió de inmediato, cayendo de espaldas, asustado. Sentía un ligero hormigueo en su pierna, como si hubiera pateado un tipo de colchón extremadamente duro.

"¿¡Qué demonios…!?" Balbuceó, mirando la masa que se encontraba frente a él.

Reiji jadeaba, aún en el suelo. La sangre seguía allí, suspendida frente a él como una extensión líquida de su voluntad. No sabía cómo lo había hecho. Solo… lo deseó. Otro pinchazo en su cuello lo golpeo, su mano se dirigió directamente a la fuente del dolor y cubrió la herida en su cuello.

"Reiji…" Susurró su madre, paralizada por lo que ocurrió en solo dos cortos segundos.

"¡Onii-chan!" Lloró Himiko, corriendo hacia él. Ignorando por completo al asaltante que seguía mirando la masa frente a él. 

Pero Reiji no escuchaba. El olor metálico lo embriagaba. El ardor en su cuello ya se desvanecía. Su mandíbula dolía. Sus colmillos habían crecido. El instinto quería más. Quería atacar.

¡Quería devorar sangre!

'No… No así' Apretó con fuerza su cuello, en un intento desesperado de acabar con las nacientes ganas que tenia todo su cuerpo.

Reiji temblaba. Apretaba los dientes. Cada parte de su cuerpo le rogaba que se lanzara contra el asaltante, que se alimentara de la sangre del maldito borracho frente suyo. Pero entonces… una sombra descendió del cielo.

Una figura alta, de traje blanco y capa azul, cayó con un estruendo que hizo vibrar el pavimento.

"¡Aléjate del niño, ahora!" Tronó una voz grave y autoritaria.

El asaltante retrocedió todavía caído en el suelo, pero una onda de presión invisible lo detuvo. 

"¡N-no fue mi culpa! ¡Fue el mocoso! ¡Él...!" Intento defenderse, cambiando los hechos que habían sucedido.

"Te vi" Interrumpió el héroe, alzando una mano mientras un pequeño dispositivo flotante registraba toda la escena desde arriba "Robar. Amenazar. Atacar. Eres un ser despreciable, intento dañar a un niño" Frunció el ceño algo molesto.

Con un simple chasquido de dedos, una serie de bandas metálicas emergieron del cinturón del héroe y se lanzaron como serpientes brillantes hacia el ladrón. En un instante, lo inmovilizaron por completo, aprisionando sus extremidades con precisión quirúrgica y con una extra para evitar que hable.

Reiji seguía en el suelo, su mano presionando su cuello. Himiko lo abrazaba, protegiéndolo aunque era ella la que más temblaba. La sangre a su alrededor ya no flotaba, pero aún brillaba débilmente como si se resistiera a volver al cuerpo que la había llamado.

"Tienes agallas, chico" Dijo el héroe con una voz más suave ahora, volteando para mirarlo directamente a la casa y con una pequeña sonrisa continuar "Y un don raro… ¿lo sabías?"

Reiji no respondió. Solo lo miró, su respiración agitada, sus ojos analizando cada acción del hombre frente suyo, su madre atrás de él empezaba a reaccionar lentamente.

"Te protegiste. Protegiste a tu familia. Eres un verdadero héroe hoy ¿No?" 

Reiji tragó saliva. Sentía su cuerpo entumecido. El Quirk… su sangre… aún hormigueaba bajo su piel como si quisiera más. Pero esas palabras lo atravesaron como una aguja precisa.

Un verdadero héroe, un héroe que prefirió arriesgar su vida para evitar que alguien más sufra, que su madre y hermana sufra. No era alguien encerrado en un laboratorio, siendo examinado día y noche para el bien de la humanidad, con un falso propósito de héroe cuando no era más que un experimento, incluso para su padre.

Reiji tembló. Himiko lo abrazó más fuerte.

"¿Cómo… cómo se llama tu Quirk?" Preguntó el héroe. Confundiendo el brillo de los ojos del pequeño como una cosa muy diferente a la realidad.

"N-no lo sé… "Murmuró, apretando los labios.

El héroe sonrió levemente.

"Entonces deberías ponerle un buen nombre"

La madre de los pequeños se acercó de inmediato, aún con las manos temblorosas, y los envolvió a ambos en un abrazo apretado. No dijo nada. Solo los sostuvo contra su pecho, como si temiera soltarlos y que el mundo volviera a romperse.

Todo había acabado.

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