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Chapter 6 - Capitulo 6: Voluntad [2]

Más tarde, mientras los agentes de policía reducían al asaltante y su madre firmaba declaraciones con manos aún temblorosas, el héroe desapareció tan rápido como había llegado, evitando a propósito las cámaras y los aplausos.

Reiji permanecía en silencio, con Himiko aún a su lado, aferrada a su brazo. No le dolía la herida. Ni siquiera el cuello. Lo que realmente pesaba era algo nuevo… profundo. Una certeza que había nacido en su interior.

'Un héroe… ¡Puedo ser un verdadero héroe! Eso… eso me ayudará a proteger a Himiko, ¿no?'

Miró sus manos. Luego a su hermana. Y en su pecho, una chispa se encendió. 

De propósito.

'Voy a ser un héroe'

***

Un mes había pasado desde aquel día. Desde que la sangre salió de su cuerpo como una lanza viva y lo protegió del golpe que pudo haberle dislocado el cuello. Desde que un héroe lo miró a los ojos y le dijo que era un verdadero héroe al usar ese poder.

Ahora, todo parecía haberse calmado.

La habitación estaba apenas iluminada por una lámpara de escritorio. Las cortinas cerradas, la puerta asegurada. Reiji se sentaba sobre su cama, con una toalla extendida sobre sus piernas y una pequeña navaja, la misma que usaba para darle de 'comer' a Himiko.

Se hizo un corte limpio en el dedo índice. Respiró hondo mientras la sangre brotaba lentamente. Una gota cayó sobre la toalla. Luego otra. Y otra.

Reiji extendió la mano frente a sí, cerrando los ojos.

'Vamos… muévete'

Las gotas se estremecieron. Flotaron apenas unos milímetros. Vibraron, luego descendieron otra vez.

Chasqueó la lengua con fastidio.

Volvió a intentarlo. Esta vez, aplicó una leve presión en la palma. Más sangre. Más control.

Finalmente, logró formar un pequeño filamento giratorio, delgado como un hilo de pescar. No duró más de cinco segundos antes de deshacerse.

Pero sonrió amargamente.

"Pensar que ese día fue por necesidad..." Murmuró. "Esto reacciona a mis instintos, y el control consciente es casi nulo"

Llevaba semanas haciendo esto. Practicando una y otra vez para tener pleno dominio, siempre en privado para calmar las ansias de sangre que siempre acompañaban en el uso de su poder, todavía no podía controlarlo pero al menos al evitar estar con otras personas le permitía calmarlo.

Sus padres lo habían llevado a un chequeo general después del incidente. Lo que descubrieron fue extraño, pero no alarmante.

"Posee una regeneración avanzada de origen genético. No se debe a un Quirk como tal, sino a una mutación fisiológica… lo que consideramos un Quirk corporal. Sin embargo, su reciente manifestación, el control de sangre, proviene claramente del factor Quirk"

Dos Quirks. Uno corporal, el otro por su factor Quirk.

Raro. Muy raro.

Pero exactamente lo que él había sospechado.

'Tal como lo pensé. Uno proviene de lo que fui… y el otro de lo que soy'

Tomó una libreta vieja de dibujo que había convertido en su diario experimental. Bocetos mal hechos. Anotaciones torcidas. Hipótesis.

"La sangre sólo obedece si está viva. Fresca. El volumen define la forma, pero el control no mejora demasiado, no logro encontrar la cantidad justa"

Pasó la mano por la hoja, con lentitud. Habían muchas más notas como esas, extrañamente parecidas a las mismas que él odiaba en su vida anterior.

'Antes, mi cuerpo me pertenecía solo a medias. Me abrían. Me medían. Me inyectaban. Me hacían preguntas que no podía responder... Lo odiaba'

'Ahora… ahora soy yo quien hace las preguntas... Pero es con un propósito que yo quiero, no uno que me obligaron'

Cerró el cuaderno.

'No elegí ser un experimento. Pero sí puedo elegir qué hacer con lo que aprendí en todos esos años'

Miró la sangre seca en su dedo. Apretó los labios, pensativo.

'Todavía tengo que darle un nombre…'

Recordó cómo Himiko, con una sonrisa boba, lo había llamado Rojito mientras él practicaba.

Se rio por lo bajo, negando con la cabeza.

"Rojito… funcionará por ahora"

 Normalmente las personas que tienen Quirks nuevo, o con características nunca antes vistas como él suyo, le permiten nombrar su peculiaridad por ellos mismo cuando crecen.

'Al menos con estas dos fuerzas podre igual a grandes figuras... O no quedarme obsoleto ante ellos, One For All y All For One... No me olvido de ustedes, pero tengo muchos problemas antes...'

El mismo libro en sus manos era en donde estaba toda la historia que recordaba, no había interactuado con ningún otro personaje además de Himiko y tampoco se moría de ganas por ello, para él actualmente era su mundo, común y corriente. No una historieta.

Primero solucionaría los problemas de su vida, y luego pensaría en que hacer. Solo esperaba que ciertas organizaciones, ni se fijaran en él. Sobre todo ahora con su doble Quirk, es algo que llama bastante la intención, no importaba si ambos eran una mierda...

Lamentablemente, este no era su caso. Sus dos poderes se complementaban perfectamente, incluso su mayor desventaja era la misma... 

Todavía no sabia la plenitud de su segundo Quirk, pero el primero ya le permitía volverse bastante fuerte con la reconstrucción muscular, un entrenamiento intenso y constante para él era mucho más fácil, sus músculos se regenerarían y fortalecerían a un mejor ritmo que cualquier otra persona.

En cuanto a 'Rojito', aunque no sabia la totalidad de sus funciones. Sabia perfectamente que no era una habilidad débil, vio lo que podía hacer apenas se manifestó contra el asaltante y se supone que las peculiaridades solo evolucionan con le portador, una mezcla del estado físico, mental y emocional. Justamente por eso ciertos Quirks de personajes en la serie evolucionaron, entre ellos el de Himiko.

Si lograba dominarlo, tenia la confianza para volverse una gran fuerza como héroes reconocidos, pero todo dependía de él.

"Un prodigio solo será uno más del monto, si es que no pone el mismo esfuerzo que un imbécil obstinado..."

Sonrió. Porque él no era un prodigio. Y tampoco era un imbécil.

Él era Reiji. Anteriormente Ethan.

Y estaba dispuesto a ser ambas cosas… si eso lo llevaba a la cima.

***

"No… No puedo seguir…"

El susurro escapó de sus labios. Una confesión solitaria en la oscuridad.

Llevaba horas dando vueltas en la cama, el hormigueo constante en su mandíbula lo había mantenido despierto toda la noche. El cosquilleo punzante, como electricidad detrás de los dientes, le pedía algo.

Le pedía saciar sus ganas de sangre...

Era diferente a todo lo que había sentido antes. Ya no era una sensación ocasional, ni una molestia que podía calmarse con respiración o aislamiento. Era constante. Palpitante. Como si su Quirk se hubiera fusionado con su sistema nervioso.

'Himiko está bien gracias a mí… No voy a pedírselo… No a ella'

Ella dormía tranquilamente en la cama de al lado, abrazada a su peluche favorito. Podía sentir cómo su respiración se volvía lenta y serena. El impulso había estado allí también, susurrándole: "Solo una gota. Solo un poco". Pero él lo ignoró. La ignoró. No podía hacer eso a ella.

Reiji se levantó. Mirando el cielo oscuro que se colaba por la ventana, tenia claro lo que tenia que hacer.

Abrió la ventana, el aire fresco lo golpeo con un ligero frio. Se voltio a mirar a Himiko que solo se acurruco aun más en su cama, totalmente inconsciente de lo que estaba sucediendo.

Se paro en el borde de la ventana y miro hacia abajo, su cama estaba en un segundo piso y incluso con su recuperación, tirarse no era una opción viable. Abusar de esta podía ser perjudicial en su crecimiento, lo tenia bastante claro.

'Tsk, reacciona por instintos... Por necesidad' Pensó algo molesto, la sangre había salido de las yemas de sus dedos de forma inconsciente, lista para hacerle un camino.

Pudo sentir una ligera fatiga, pero nada que le impidiera continuar. Confiando en que la mancha roja que flotaba abajo suyo soportaría su peso, empezó a avanzar lentamente al patio de su casa.

El aire nocturno lo rodeó apenas pisó el suelo. La sangre bajo sus pies se deshizo en una niebla rojiza al contacto con el pasto, volviendo al cuerpo de Reiji. El cosquilleo en su mandíbula no desaparecía, pero su respiración se volvía más rápida… expectante.

El patio de su casa era pequeño, con un viejo árbol en una de las esquinas. Allí mismo donde, años atrás, Himiko había manchado la tierra con la sangre de un pájaro muerto.

Ahora, el escenario era similar.

Una pequeña ardilla se movía torpemente por una de las ramas. Había bajado por el tronco hasta casi tocar el suelo, husmeando para ver lo que estaba sucediendo.

Reiji la vio. Y la ardilla le devolvía la mirada, algo curiosa por la presencia del niño.

Sus pupilas se dilataron. Sus dedos comenzaron a vibrar levemente. Una gota carmesí brotó sola de la yema de su dedo índice.

Se acercó despacio, sin respirar. Sin pensar. La ardilla no huyó hasta que fue demasiado tarde.

Extendió la mano. Una aguja roja salió disparada del dedo de Reiji, de forma casi inconsciente. 

El animal chilló débilmente, atravesado por el pequeño filamento, directamente en su pecho, clavándolo fuertemente con el árbol. Reiji se acerco a la criatura, el animal había dejado de moverse y su respiración se había cortado en su totalidad, estaba muerto.

El hormigueo se extendió por toda su mandíbula, dientes y incluso parte de su nariz, que recibía perfectamente el olor metálico de la sangre del animal que estaba frente a él.

Lo tomo en manos, y al igual que su hermana, le clavo ambos colmillos directamente.

La sangre salió en una corriente fina, siendo totalmente absorbida por los dos afiliados dientes.

La sangre caliente se deslizó por su lengua, bajando por su garganta con lentitud. Sintió cómo cada músculo se relajaba. Cómo la presión en sus sienes desaparecía. Cómo el ardor de su quijada se desvanecía como si nunca hubiera estado ahí.

Paz. Silencio. Control.

Era deliciosa no sola sensación, también el maldito sabor de la sangre del animal. 

Sus colmillos mantenía el flujo controlado, extrayendo hasta la última gota del animal. 

Cuando terminó, Reiji la dejó caer. Sabiendo perfectamente lo que había hecho, supo que no tenia que dejar evidencia y agarro el cuerpo inerte, desprovisto de calor y vida, para tirarlo al contenedor de basura que había en el patio, oculto entre tantas otras cosas.

…Y entonces intentó volver. Levanto la vista a la ventana que conectaba a su habitación, intentando volver a activar su Quirk pero para su infortunio, este no respondió en lo más mínimo.

Alzó la mano.

"Vamos… regrésame…" Susurró, pero nada ocurrió particularmente.

Sabia perfectamente que una vez saciada su necesidad, su Quirk dejaría de responder a sus deseos.

"Mierda..." Dijo con un suspiro. El cielo seguía oscuro. La ventana, alta. Demasiado. 

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