El día llegó.
Kisuke había abierto una puerta no autorizada hacia la Sociedad de almas.
Abandonando su cuerpo en la tienda de Urahara, William atravesó la puerta en su forma de shinigami. Como cualquiera, tenía su vestimenta clásica negra y su zanpakuto.
¿Cómo funcionaba su zanpakuto física para transformarse en espiritual? William simplemente imaginó que se vinculó al alma y cambiaba su estado para adaptarse al portador, pero era una suposición.
Por último, también estaba Yoruichi en forma de gato sobre los hombros de William. Como si fuera una costumbre, William acariciaba su suave pelaje negro con delicadeza.
Esta vez Yoruichi puso su pata delantera sobre la mejilla de William y la empujó.
"No es momento para esto. Céntrate." dijo Yoruichi en su forma de gato, pero esta vez con su voz de mujer.
Días atrás con curiosidad por la habilidad de transformación, preguntó acerca de ello y escuchó que era la característica del clan Shihoin. El alterar la voz era un método común que usaban cuando se transformaban para que evitasen averiguar su identidad mediante el sonido, por eso fue posible que volviera a hablar con el tono normal de Yoruichi mientras estaba en forma de gato.
"Lo sé, no puedo estar más preparado. ¿Estas lista? Causaremos un gran disturbio." dijo William con una sonrisa aventurera.
Yoruichi, al verlo con plena confianza, principalmente debido a su último entrenamiento, no pudo evitar sonreír también. Sin previo aviso, se inclinó hacia él y le dio una lamida rápida en la mejilla, transmitiendo su afecto aun estando en su forma de gato.
"Por supuesto, vamos a ello." respondió Yoruichi mientras señalaba al frente.
Ambos se adentraron a la puerta, pero Kisuke no habló sobre el tiempo límite de cuatro minutos y las repercusiones en caso de no salir a tiempo. Yoruichi era una maestra en shunpo, y William no era más lento que ella en estos momentos.
¿Cuánto tiempo estuvieron cruzando el dangai?
Ninguno de los dos se puso a contarlo. Tras un par de shunpos atravesaron al otro lado. Ni siquiera el limpiador tuvo tiempo para hacer su aparición.
William observó a sus alrededores, solo para quedar asombrado de la Sociedad de almas. Todo estaba diseñado al estilo japonés de la antigüedad. De no ser porque sabía donde estaba, podría haberse creído que había viajado en el tiempo al pasado de Japón.
En ese momento observó la puerta en la muralla que separaba el Rukongai del Seireitei. El Rokungai era el lugar donde las almas eran enviadas, es el lugar más poblado, pobre y liberal de la Sociedad de almas. Aunque este lugar debería ser similar al cielo, muchas almas solamente sufrían al llegar allí. La Sociedad de almas está basado principalmente en el poder, y luego en la nobleza, por lo que las almas que llegan nuevas y carecen de poder tienen vidas complicadas.
Aunque aquella era la Sociedad de Almas original, William no tenía pensado crear algo así. Quería que fuera justo para todas las almas.
Yoruichi se tapó los oídos cuando William se detuvo frente a la puerta. Poniendo toda su voz en un grito, declaró que él era el hijo de Retsu Unohana y que estaba allí para verla.
Jidanbou, el guardián de la puerta que había tomado esa misión desde hace más de trescientos años, observó sorprendido al joven que gritó aquellas palabras.
Incluso los shinigamis en el interior pudieron escucharlo.
¿El hijo de la capitana Retsu Unohana?
Todos estaban sin palabras.
Murmuraron asombrados al escuchar esto.
William solo pudo sonreír, después de todo, incluso sin pruebas estaba seguro que esa información se extendería rápidamente por todo el Seireitei hasta llegar a oídos de Retsu Unohana. Era simplemente la idea sacada del mundo moderno.
¿Qué ocurrían todos los días con los cotilleos de famosos?
Mientras más jugoso fuese el cotilleo, más se expandía por las redes sociales.
No pasó mucho tiempo hasta que Retsu Unohana apareciera en esa puerta. Jidanbou se apartó sin dudarlo, aunque fuera fuerte, todavía estaba muy lejos de la fuerza de un capitán.
Muchos cuchicheaban sobre la idea de que Retsu Unohana tuviera un hijo, pero ella simplemente les dio una mirada mientras dijo una sola frase.
"¿No tienen deberes que cumplir?"
Aunque sus ojos eran amables y su sonrisa tranquila, todos los shinigamis tragaron saliva y dieron excusas mientras huyeron desesperadamente. Jidanbou no podía irse porque su misión era cuidar la puerta y evitar que fuera traspasada por gente no autorizada, pero él trató de aligerar su presencia lo más posible y no hacer nada de ruido.
¡Un poco más y Jidanbou se vuelve transparente de verdad!
William se asombró por el control que Retsu Unohana tenía en el Seireitei. No hizo necesaria la fuerza ni la amenaza, solo ejercía miedo a través del puro y más básico instinto con el que todos nacen. Incluso William tuvo el bello de todo su cuerpo erizado.
Le hizo preguntarse la cantidad de muertos que Retsu cargaba en sus manos para tener ese absoluto control del instinto asesino. William no pudo evitar pensar que la clásica parca de muchas historias podría haber tomado menos vidas que la capitana que se acercaba en su dirección.
"Esa clase de mentiras pueden conllevar riesgos ocultos." dijo Retsu, ahora mostrando un breve momento de su antigua personalidad, mientras sus ojos se abrieron ligeramente.
No solo Yoruichi en sus hombros sintió el demencial peligro de la muerte, sino que tras aquello todos los pequeños animales de la zona huyeron y las almas de otras personas comenzaron a temblar incontrolablemente.
Incluso William comenzó a sudar profusamente al sentir lo que era mirar de frente a la muerte. Su instinto le gritaba que huyera, e incluso su cuerpo se tensó para usar shunpo a máxima capacidad.
Aun así, William no apartó la mirada de Retsu.
Conocía a Retsu Unohana lo suficiente como para saber que no atacaría en este mismo momento. Ella le dio una advertencia por lo que no atacaría de momento.
"Es un riesgo, lo sé, pero es la única manera que tenía para encontrarme contigo sin violar las leyes del Seireitei." respondió William "Quiero pedirte que me entrenes en Zanjutsu."
Al igual que en la historia original entrenó a Zaraki Kenpachi para romper sus limitaciones autoimpuestas, William quería ser entrenado por ella para alcanzar alturas mayores. No le importaba si el entrenamiento era un infierno, ahora tenía un objetivo dentro del universo Bleach y su motivación infinita estaba sentada sobre su hombro.
Cuando Retsu Unohana escuchó la petición de William, supo a ciencia cierta que aquel joven conocía su verdadera identidad, la identidad de su pasado criminal.
William no esperó a que ella dijese nada más y declaró que su objetivo fue hacerse con el título de Kenpachi de su generación. No le gusta el combate ni disfruta de ello como a Retsu o a Zaraki, pero eso no le impedirá ser el espadachín más fuerte de todos.
"Morirás. "dijo Retsu con la personalidad del primer Kenpachi totalmente despierta.
"Pero no será permanente, ¿Me equivoco?" respondió William enfrentándose a esos ojos que lo miraban como si él fuera un mero cadáver tirado en la cuneta.
Debido a que conocía la historia original, William sabía acerca del Bankai de Retsu. Cuando ella lo liberaba, no había opción a matarla o a que las personas a su alrededor muriesen, era un infierno sangriento y aterrador. Es un bankai para que Retsu pudiera extender la batalla para disfrutarla por más tiempo.
Confiaba en aguantar eso.
Pero no ocurrió lo que pensaba.
Sus ojos se abrieron con incredulidad y temor.
La zanpakuto de Retsu atravesó su cuello desde el frente hasta sobresalir por detrás. Ni siquiera pudo ver el movimiento, como si hubiera sido un movimiento tan natural como el aire mismo. Cuando se percató de ello, el filo ya lo había atravesado.
Ni siquiera la habilidad de Hierro de un arrancar fue capaz de detener ese ataque, ocurrió como si realmente esa habilidad no existiera en un primer momento.
¿Iba a morir?
Pero entonces todo desapareció.
Retsu seguía delante suya, pero su zanpakuto estaba en su vaina, como si nunca la hubiera desenvainado. Y la herida en el cuello no existía.
Con un rápido movimiento se alejó de Retsu. No sabía que había pasado, pero podría ser una especie de ilusión generada por las propias intenciones de Retsu. Tal vez era debido a la habilidad de Zanjutsu que era tan elevada que podía crear fintas y engañar al oponente con minúsculos movimientos o incluso solo con una fuerte intención asesina.
"¿Qué pasó?" preguntó Yoruichi al verlo tan alterado, ella no sintió nada inusual.
"Es un monstruo..." murmuró William al ver a Retsu, la cual no se había movido.
Ahora entendía todo. William imaginaba que si Retsu se hubiera puesto en serio al principio de la historia original, numerosas tramas y arcos podrían haber sucumbido frente a su fuerza. La criminal más notoria de la Sociedad de Almas no era algo para ser pasado por alto.
Había subestimado el nivel de amenaza del universo de Bleach. Solo había alcanzado el poder de combate de un capitán común y corriente, eso por si solo no le aseguraba la supervivencia en ese universo.
"No está mal." dijo Retsu mientras las comisuras de su boca se alzaban ligeramente, aunque sus ojos carecían de vida alguna. "Tienes más talento que la mayoría, puede ser entretenido ver hasta donde puedes llegar. Sígueme."
¿Eso fue solo una simple prueba?
William quería gritarle que ella estaba demente pero el miedo a la muerte hizo que mantuviera su boca cerrada y la siguiera sin rechistar. Ahora entendía perfectamente por qué el capitán Shunsui o Kisuke le tenían miedo a Retsu.
Solo ahora se había dado cuenta que había subestimado el peligro que había corrido haciendo tal cosa.
Al pararse a pensar en ello, se percató que había pasado una cosa fundamental por alto. Los personajes de una historia que aparecen más tarde en la historia o como en este caso, demuestran su verdadero poder mucho después, suele ser porque son mucho más poderosos que los que aparecen desde el principio.
Retsu demostró su verdadero poder mucho después de la saga de Arrancars y la de Aizen. Ella era indudablemente de los personajes más fuertes. Nunca había perdido filo ni habilidad con su espada, es solo que siempre se había mantenido tras la fachada de una amable sanadora con el puesto de capitán.
Aizen solo había engañado a la Sociedad de Almas por poco más de cien años, pero Retsu podría llevar en ese cargo de capitán del cuarto escuadrón casi cuatrocientos años.
Cuatrocientos años había estado engañando a todos haciéndoles creer que era una amable y tranquila sanadora. Solo había unos pocos shinigamis tan viejos como Yamamoto que conocían su verdadera identidad.
William solo pudo aceptar que había tenido mucha suerte con este movimiento, y se aseguró de no hacerlo de nuevo. No quería dejar su vida en manos de otros, así que la próxima vez pensaría mejor sus planes. No era como Aizen, el cual es inteligente y calculador, aunque se hizo a la idea de que debía idear planes tan buenos como los suyos si quería sobrevivir en el universo de Bleach.
"Responde a mi duda, chico." preguntó Retsu ahora con sus ojos cerrados y amable sonrisa mientras se dirigían hacia el cuartel del cuarto escuadrón.
"Claro, pregunta lo que quieras."
"¿Cuanto tiempo llevas siendo shinigami? Tienes la fuerza suficiente para ser un capitán, pero careces totalmente de experiencia. ¿Setenta años? No, ¿cincuenta? Aunque no das esa sensación." preguntó Retsu.
"Jaja..." se rio William con algo de vergüenza, era totalmente cierto que carecía de cualquier experiencia. "Siendo shinigami llevo cinco años y mi edad es solo de quince años, no tengo cincuenta ni setenta años."
William no podía saber que Retsu lo miró de reojo con una mirada cargada de numerosos pensamientos peligrosos. A sus ojos, aquel chico podría convertirse en un oponente que le traiga la emoción de la lucha.
La sonrisa emergió sin control en el rostro de Retsu.
No esa amable sonrisa que daba a todos.
Era la sonrisa torcida de una amante del combate.
William todavía subestimaba la locura del primer Kenpachi por el combate.
No queda mucho para que lo aprenda el terror de la muerte que te caza.